eño se metía con sus amigos en la habitación de sus padres para disfrazarse con la ropa de su madre y pintarse la cara de maquillaje. A medida que fueron creciendo a sus amigos dejaron de gustarle ese tipo de cosas, pero Guillem seguía pidiendo para Navidad juguetes como Barbies y cocinitas, y todas las tardes iba con sus amigas a jugar a la comba y a mirar como los chicos jugaban a fútbol.Cuando entró en el instituto sus compañeros se dieron cuenta de que era de la otra acera y le hicieron la vida imposible. Pero eso le sirvió para conocer a otros como el y darse cuenta de que no estaba solo. Con sus nuevos amig@s se dedicó a comprarse bolsos, tangas y zapatos de plataforma. Un buen día le invitaron a participar en un concurso de drack quins en una discoteca gay. Él se presentó como Lola y ganó el concurso, y desde entonces no ha parado de actuar en fiestas gays. No habrá año que no lo veáis en una cabalgata el día del orgullo gay. Su lema: “Guillem de día y Lola de noche”. Actualmente tiene un contrato para hacer de gogo todos los sábado noche en su discoteca favorita, donde conoció a su novi@ Nancy. Lola se apuntó al equipo de natación para desconectar de ese mundo un par de horas al día. Y hasta ahora se sentía integrado porque sus compañeros no sabían lo de su doble vida. Pero un día yendo a entrenar a Hospitalet nos cruzamos por la calle con Nancy, que le saludó apasionadamente y desde entonces todos hemos descubierto su tapadera. Ahora que todos sabemos lo de su vida nocturna le da igual todo y Montse tendrá problemas para evitar que en Torla se vaya a conocer gente a la discoteca del pueblo. Esperemos que no se lleve un vestido muy chillón para pasar la menos vergüenza posible.
empezó a asesinar a los que le habían perjudicado y con cada asesinato se volvía más paranoico. Estaba metido en todo y tenía juicios pendientes por robo con intimidación, extorsión, agresión, acoso, contrabando, conspiración para asesinar y más de 20 asesinatos de personas inocentes como Oscar Baixeras. Un día, mientras paseaba a su querido pitt bull, con el que intimidaba a sus víctimas, un zumbao con un coche de formula uno atropelló a su perro y luego se estampó contra un árbol. Cegado por la ira, Rafa sacó su cuchillo jamonero, pero cuando le iba a cortar el cuello al rub…, digo al conductor, apareció la policía y tuvo que huir. Unos meses después, visitando a un amigo en el reformatorio vio salir al conductor y le siguió. Al ver que era de un equipo de natación, decidió apuntarse para esperar el mejor momento y vengar la muerte de su perrito. Lo ha intentado varias veces, pero la que más cerca estuvo fue aquella que se emborrachó con coca-cola en Torla. Pero eso ya es otra historia… Con la edad el Rafa se ha vuelto más sutil: ahora se dedica a estudiar arquitectura para estafar en el futuro a las constructoras utilizando material barato y quedándose con la pasta. PD: Un consejo. Cuando estéis en la piscina y veáis que el Rafa está en trance, no le miréis a los ojos!! Es muy peligroso.
